El estanque dorado

Disfrutar de un jardín con estanque puede resultar un auténtico privilegio. Sin embargo, crear este espacio y mantenerlo en unas condiciones adecuadas requiere tiempo y cuidados, por lo que no es una opción viable para todo el mundo. Para que sea un rincón que aporte paz y armonía a nuestro hogar, como los de sus orígenes en la tradición oriental. O  un lugar idílico de tranquilidad y calma, como El estanque dorado de la película protagonizada por Henry Fonda y Catherine Hepburn. Para ello habrá que escoger bien el que más se adapte a nuestras posibilidades.

Y es que estaremos recreando vida silvestre y por tanto deberemos respetar y velar por la vida de natural de este ecosistema. Un elemento decorativo pero a su vez un espacio de biodiversidad, ya que puede atraer a numerosas especias de la zona, insectos, anfibios y aves. Sin contar las plantas acuáticas, peces o tortugas, que podamos tener como mascotas. Un foco de vida lleno de color y sonido especialmente las noches de verano.

En primer lugar elegiremos una ubicación idónea. No debe faltar el sol, y debe estar alejado de fuentes de residuos como árboles de hoja caduca que lo ensucien. Así como optaremos por una profundidad idónea para que no se hiele o caliente en exceso. Los tamaños y formas son muy amplios, y se pueden adquirir prefabricados con el mismo efecto que los naturales. Los artificiales hoy en día se han impuesto y son los más habituales, ya que ofrecen mucha durabilidad y fácil instalación. Lo más importante será contar con una bomba y un filtro para su salubridad. El oxígeno es esencial para la vida, y sin él el agua se pudrirá irremediablemente, por lo que hay que colocar un buen sistema que elimine impurezas.

Esenciales serán tanto los elementos externos, como rocas, piedras y plantas para colocar alrededor; como los de su interior, especies de plantas acuáticas y peces para mantener el equilibrio en este hábitat. La mejor época para plantar será la primavera o verano. No deberemos olvidar la poda y el abono, ni tampoco vigilar las plagas, y las algas, que mantendremos a raya con los parámetros del agua a niveles adecuados.

Las variantes que puede albergar el medio acuático son muy numerosas, desde las que crecerán al borde de la charca, en terrenos húmedos, a especies que puedan desarrollarse en el interior. Las primeras alcanzarán cierta altura y protegerán a las segundas más delicadas, como las flotantes, lotos o nenúfares, las más conocidas. La mayoría tiene origen tropical por lo que en invierno hay que sacarlas del estanque y resguardarlas de las bajas temperaturas.

Por su parte los peces además de belleza son de gran utilidad, ya que comen las larvas que ponen los mosquitos en el agua. Existen muchas especies pero la más popular para estanques es sin duda el koi. Se trata de una variedad de la carpa común, Cyprinus carpio, de origen asiático a la que se le puede alimentar con productos comerciales pero también con productos del propio estanque, como algas y caracoles de tierra y de agua, grillos, abejas, avispas, etc.

En cuanto a las tortugas deberemos asesorarnos  y buscar los tipos más convenientes, aquellas que comen plantas, peces y ranas, y en pequeñas cantidades. Libélulas, ranas, sapos, salamandras también serán bienvenidos como buenos cazadores de insectos, mientras que los pájaros encontrarán además un lugar ideal para saciar su sed, juguetear y refrescarse.

 

(Foto vía estanques.net)