Cómo decorar una oficina para mejorar la concentración

Es muy habitual estar trabajando y descubrirse a uno mismo mirando a la nada durante unos minutos. Perder la concentración y no ser capaz de centrarse en una tarea concreta es un problema muy común y que ha suscitado muchas investigaciones al respecto.

¿Qué influye en nuestra concentración? Todo. Desde una fotografía que tengamos en la mesa, un anuncio spam que nos salta en la pantalla del ordenador y nos obliga a ver posibles cruceros en Punta Cana o una mosca que curiosamente pasaba por allí. Cualquier cosa puede hacer que dejemos el trabajo a un lado durante unos minutos. El problema es que después es mucho más difícil recuperar la concentración y nuestra efectividad habrá disminuido.

Si la pérdida (o falta) de concentración es uno de tus problemas, hay muchas cosas que podemos hacer para intentar arreglarlo. Por un lado, mantener una rutina (acostarse siempre a la misma hora e intentar dormir el mismo tiempo), comer sano, hacer deporte, buscar algo de tiempo libre para relajarse, meditar, hacer yoga, y cualquier otra cosa que limpie nuestra mente de pensamientos que no deberían estar en el trabajo. El descanso, la tranquilidad y la falta de preocupaciones son imprescindibles para conseguir una concentración perfecta.

Sin embargo, no todo está en nuestra cabeza. Hay una serie de factores externos que influyen en nuestra mente y pueden hacer que perdamos la concentración en el trabajo; al igual que hay elementos que aumentan nuestra atención y efectividad. Por eso es imprescindible que nuestra zona de trabajo esté decorada, ordenada y preparada para ayudarnos a trabajar. En otra ocasión hablamos sobre consejos para decorar el espacio de trabajo en casa, pero si queremos potenciar esa decoración pensando en nuestra concentración, ¿Qué debemos tener en cuenta?

1- El color

Para empezar, un factor que a menudo pasamos por alto pero que influye en nuestro estado mental es el color que nos rodea. Nuestra mente registra más información de la que somos conscientes y sin saberlo, algunos colores nos afectan mental y emocionalmente.

En ocasiones no podremos controlar los colores porque trabajamos en un espacio que no depende de nosotros, pero en el caso de que trabajes en tu propia oficina o en casa y puedas elegir la pintura de las paredes, te recomendamos que tengas en cuenta los siguientes puntos:

  • Si tenemos un trabajo muy estresante: Se recomiendan los tonos azules y grises claros porque son especialmente indicados en oficinas y lugares agobiantes.
  • Si trabajamos con mucha comunicación: Por un lado, los colores terracota y durazno facilitan una comunicación tranquila. En cambio, el amarillo favorece la actividad del cerebro y estimula una comunicación más activa. Y por último, el naranja es un tono que favorece la interacción de manera informal.
  • Si tenemos que generar nuevas ideas: Los tonos verdes favorecen la creatividad, la concentración, la relajación y el trabajo individual.
  • Si tenemos trabajos repetitivos: Se recomiendan colores alegres. Podemos combinar varios con los anteriores, como el naranja o el amarillo.
  • Si tenemos trabajos tranquilos o monótonos: Tonos marrones, beige y colores terrosos tienen efectos relajantes y ayudan a mantener una continuidad.

 

Y en general, para favorecer la concentración y actividad mental: El blanco, al ser un color neutro, limpio y muy luminoso, nos ayuda a centrar la atención. En cuanto a la percepción que los colores provocan en otras personas ajenas al trabajo, los tonos azules  transmiten confianza y profesionalismo; el verde permite el flujo de la creatividad; el naranja transmite la apertura hacia el trabajo en equipo y el blanco la limpieza y franqueza.

2- El espacio

No importa de qué tamaño sea tu despacho o si es individual o compartido, en cualquier caso debes intentar mantener tus cosas ordenadas. El escritorio debe estar lo más limpio posible, teniendo sobre él solo los elementos necesarios. Para empezar, busca la manera de quitar u ordenar todos los cables que tienes sobre la mesa. Te recomendamos que busques un organizador, o al menos que pruebes con aparatos inalámbricos. Lo siguiente son los papeles. Sabemos que son importantes y que no los puedes quitar así porque sí, pero mantenlos ordenados. Los cajones en el escritorio o los archivadores son la mejor opción. También ten en cuenta que conviene apostar por usar un mobiliario básico sin recargar el espacio, si te cuesta concentrarte, un escritorio rococó no es la mejor opción. Es adecuado que uses pocos muebles pero que sean amplios para que te permitan tener espacio libre y almacenar todo lo necesario.

3- Iluminación

La iluminación es imprescindible para trabajar. Por supuesto, si la luz es natural, mucho mejor. Aprovecha todo lo que puedas el sol pero procura que no incida en tu escritorio de frente, sino de costado. En el caso de no tener mucha luz natural, debes buscar que el ambiente esté bien iluminado con luz general de techo sin crear sombras con nuestro cuerpo u objetos. Por otro lado, si acostumbras a trabajar de noche o en tareas muy minuciosas, es indispensable tener una lámpara de escritorio dirigida a la zona de trabajo. Y si pasas mucho tiempo mirando el monitor del ordenador, prueba a equilibrar la luz colocando una lámpara de pie con pantalla a unos dos metros por detrás del monitor o dirigiendo una luz hacia la pared posterior del ordenador.

4- Elementos que favorecen la concentración.

Aunque hemos dicho que es mejor tener el escritorio despejado de objetos que no sean imprescindibles para tu trabajo, hay una serie de elementos que pueden ayudarte a potenciar tu atención sin distraerte. Para empezar, las plantas son muy importantes porque ayudan a tener la mente activa y motivada, y además dan sensación de sosiego.  Una investigación de la Universidad Estatal de Washington concluyó que las plantas pueden llegar a aumentar la efectividad laboral hasta un 12 por ciento. Así que no lo dudes y coloca, por ejemplo, un cactus cerca del ordenador (porque dicen que absorbe la energía que origina). Por otro lado, intenta tener siempre agua sobre tu escritorio, da igual si es un vaso para beber o un objeto ornamental (una pequeña fuente o un jarrón con flores). El agua ayuda a que el trabajo y la concentración fluyan. Tampoco subestimes el poder de las imágenes. No es recomendable sobrecargar el espacio, pero una fotografía que te mantenga activo o una frase motivacional a menudo pueden ser de ayuda. Y aunque no lo creas, los dulces y las chucherías atraen las buenas energías y el azúcar aumenta nuestra actividad, por lo que no estaría mal tener una caja llena para los momentos difíciles.

Como ya sabes, la decoración influye en nuestra percepción del espacio que nos rodea y nos provoca emociones de forma inconsciente, por lo que no tengas miedo de incluir en tu zona de trabajo algún mueble o elemento decorativo que te haga sentir bien, alegre y activo. Y si descubres que seguir este tipo de consejos ayuda a controlar tu concentración, el siguiente paso es probar técnicas de decoración como el Feng Shui, que te añadirá estabilidad emocional y sensorial.

¿Quieres ver algunos ejemplos que aplican estos consejos?

(Imágenes vía Pinterest)