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Misión imposible: cambio de armario

Ha llegado el momento de guardar la ropa de invierno y sacar y colocar en su lugar la de verano. El calor aprieta y no se puede demorar más. Y no es que nos haya cogido por sorpresa, sino que esta laboriosa y tediosa labor, suele dar mucha pereza y la vamos retrasando. No queda otra, ponerse manos a la obra o sudar la gota gorda especialmente en ciudades como Granada, en la que el entretiempo lo ocupa el popular «tiempo de la cebolla».

A priori puede resultar una misión imposible, ya que la ropa de abrigo ocupa mucho espacio. Quien tuviera un idílico vestidor sin necesidad de hacer cambios en los armarios cada temporada. Encajar las prendas en su sitio como un puzzle requiere un poco de paciencia, organización y también imaginación Aquí ofrecemos algunas ideas para hacer esta tarea más fácil y cómoda.Previo paso por la lavadora comenzaremos doblando y abotonando camisetas, camisas y jerséis pero sin plancharlos para evitar se fijen marcas, de forma plana o en rollo. Para lo más delicado podemos hacernos con de tela o cartón, más transpirables y baratas que las de plástico; o de tela, que también pueden servir para la ropa de cama, colchas y mantas. Un lugar perfecto para colocarlas puede ser debajo del si este es abatible o reciclando maletas que ya no usemos. Eso sí, sin olvidar el clásico y obligado antipolillas o bolsitas perfumadas, las más tradicionales y naturales, las de lavanda.

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Clasificar las prendas en cajas de cartóno, plástico o tela etiquetadas como estas de Clickoferta nos ahorrará tiempo y espacio

Previo paso por la lavadora comenzaremos doblando y abotonando camisetas, camisas y jerséis pero sin plancharlos para evitar se fijen marcas, de forma plana o en rollo. Para lo más delicado podemos hacernos con cajas de tela o cartón, más transpirables y baratas que las de plástico; o bolsas de tela, que también pueden servir para la ropa de cama, colchas y mantas. Un lugar perfecto para colocarlas puede ser debajo del canapé si este es abatible o reciclando maletas que ya no usemos. Eso sí, sin olvidar el clásico y obligado antipolillas o bolsitas perfumadas, las más tradicionales y naturales, las de lavanda.

En el caso de los rellenos nórdicos hay que quitarles el aire para que ocupen menos, de hecho ya hay marcas que disponen de bolsas especiales para guardar al vacío. Para los trajes si disponemos de ellas lo mejor es cubrirlos con fundas, y los abrigos y anoraks colgarlos en perchas. En cuanto a los zapatos, para evitar que transmitan olores lo mejor es guardarlos en un armario aparte. Pero si no contamos con zapatero, los colocaremos en su caja etiquetada para protección y orden aún mayor. Nos habrá tomado unas cuantas horas pero nos garantizará encontrar cada cosa sin problemas y en perfecto estado en unos meses, cuando con la llegada del frío debamos repetir la operación.