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Al final de la escalera

¿Qué hacer con este hueco a priori antiestético de nuestro hogar? Al final de la escalera podemos encontrar algo parecido a una película de terror, una zona de vacío, inútil y perfecto para la acumulación de polvo.  Sin embargo si ponemos nuestro empeño podemos ganar esos metros perdidos integrándolos a la estancia, dándole una nueva función o creando un nuevo y práctico espacio.

Las posibilidades para optimizarlo son muchas y la elección dependerá del área de la casa en la que se encuentra. Una pequeña bodega, una despensa, librería o tocador, dependerá de nuestros gustos y necesidades la función que le daremos.

Siempre útil y versátil es su aprovechamiento para almacenaje, ya sea creando armarios a medida de madera, cajones, o de forma más sencilla mediante estanterías o perchas.

También una buena idea puede ser convertirlo en zapatero o contenedor para ropa, para guardar las prendas de invierno más voluminosas o aquellas que no utilicemos habitualmente. Cerrándolo con puertas o dejándolo de forma abierta,  lo ideal será optar por el color o material que hayamos empleado en el resto de la habitación sin romper con la estética y como continuidad de la misma.

Ya sea en el pasillo, dormitorio, salón o incluso cocina, podemos encontrar un lugar adicional donde colocar o guardar objetos e incluso colocar, teniendo en cuenta la necesaria instalación eléctrica, algún electrodoméstico.

Otra opción muy ventajosa de dar utilidad a este rincón puede ser colocar una mesa bajo los peldaños para crear un pequeño despacho para estudio y trabajo. Tan solo fijando una tabla con unas escuadras, una silla, un par de estantes y un poco de imaginación, maximizaremos este lugar escondido pero idóneo para concentrarnos tranquilos en nuestro ordenador.

 

(Fotos vía idealista.com y queguapotio.com)