La iluminación del hogar es un aspecto clave de la decoración. La luz afecta a la sensación que se percibe de un ambiente y puede acentuar zonas y destacar texturas. Asimismo, una buena iluminación es imprescindible para realizar cómodamente las diferentes tareas y evitar problemas de vista. No obstante, no todas las estancias se deben iluminar de la misma manera, sino que todo depende de las actividades que se realizan en cada una de ellas.
Ideas generales para iluminar bien la casa
A la hora de iluminar bien toda la casa es conveniente tener en cuenta estos consejos:
- Planifica la iluminación con antelación para que no falten tomas de luz al colocar las lámparas.
- No dejes sombras: la colocación de todos los focos y lámparas debe conseguir que no haya zonas en sombra.
- Añade lámparas con luz puntual: junto a las lámparas que se colocan en el techo y que iluminan toda la habitación, es recomendable instalar otras que iluminen zonas concretas de la estancia.
- Apuesta por los reguladores de intensidad: en algunas estancias como el salón o el dormitorio puede ser útil contar con puntos de luz que se puedan regular en función de la atmósfera requerida en cada momento.
- Aprovecha la luz natural: la mejor manera de mantener iluminada la casa es aprovechar al máximo la luz del sol. Para ello se pueden colocar cortinas ligeras y pintar las paredes de color claro.
Cómo iluminar cada habitación
Cada estancia del hogar requiere de un tipo diferente de iluminación en función de su uso y del ambiente que se pretende conseguir:
- Salón: hay que iluminar toda la estancia con una luz general cálida, suave e indirecta. En la zona de comedor es recomendable añadir una o varias luces puntuales (también suaves y cálidas) que se sitúen sobre la mesa. El rincón de lectura precisará de un punto de luz añadido para facilitar la actividad.
- Dormitorio: en los dormitorios la luz debe invitar a la tranquilidad y el descanso. Por ello es recomendable usar una o varias luces suaves, indirectas y cálidas, ya que las sombras y el color amarillento invitan a la relajación. La iluminación ha de ser uniforme, aunque es recomendable acompañar la fuente principal por lamparillas de noche. Si esta lamparilla se va a usar para leer en la cama, lo mejor es que ilumine desde arriba y tenga un brazo articulado. Sobre el espejo, el armario o el rincón de lectura es recomendable colocar luces puntuales, mientras que en los vestidores se deben usar focos empotrados de luz fría que no creen sombras.
- Cocina: la cocina es una zona de trabajo, por lo que es recomendable utilizar luces en tonos fríos. Lo mejor es tener una luz general uniforme que no dé calor y consuma poco, como focos empotrables de LED o bombillas de bajo consumo. Hoy en día también es cada vez más común instalar tiras LED sobre la encimera para iluminarla sin sombras y trabajar con comodidad. Estas tiras también se pueden colocar en las molduras y el interior de los armarios.
- Despacho: además de la luz del techo es imprescindible contar con alguna lámpara de sobremesa para evitar la fatiga visual. Se deben evitar los contrastes intensos de luz y sombra.
- Baño: para el baño es recomendable colocar uno o varios focos en el techo. Además hay que situar apliques de luz fría sobre el espejo para poder ver el reflejo con claridad y eliminar las sombras. Si la zona de la ducha está separada, es aconsejable elegir una luz cálida que invite a la relajación. En esta estancia se encienden y apagan las luces continuamente, por lo que es buena idea instalar bombillas LED, que aguantan una mayor cantidad de ciclos.
En general es conveniente que las estancias dedicadas al descanso (dormitorio, cocina…) tengan una iluminación cálida y suave, mientras que las preparadas para el trabajo (despacho, cocina…) tengan una luz fría.