Los radiadores son un elemento imprescindible de los hogares situados en zonas donde los inviernos son fríos. Aunque sin duda son muy útiles, pueden resultar algo molestos a la hora de decorar la casa, pues quitan espacio a los muebles y además resultan poco estéticos. Ya que renunciar a la calefacción no es una opción, te damos algunos trucos para disimular los radiadores e integrarlos en la decoración.
- Haz un mueble a medida: la forma más sencilla de esconder el radiador es haciendo un mueble a medida que lo tape. Ya que esta pieza se fabricará específicamente para cada radiador, su aspecto se puede escoger de forma que combine con el resto de la habitación. Para que salga el calor el mueble no puede estar herméticamente cerrado, sino que deberá contar con agujeros, rejillas o lamas.
- Elige un cubrerradiador tradicional: los cubrerradiadores de madera con celosías o rejilla son una solución clásica pero efectiva. Tienen una puerta que facilita el acceso en caso de que haya que realizar alguna reparación y, además, a través de los agujeros de la celosía o rejilla podrá salir el calor sin problemas. Para el mueble se puede escoger la misma madera y color que para el resto de la habitación.
- Cambia la madera por el cristal al ácido: en ambientes más modernos se puede sustituir el tradicional cubrerradiador de madera por un cristal. El cristal al ácido es ligero pero impide que se vea lo que hay detrás, por lo que es una solución ideal para estancias pequeñas y de diseño actual.
- Tápalo con un banco: si el radiador no está muy alto, se puede instalar sobre él un banco de madera con cojines para aprovechar el espacio.
- Coloca encima una balda: una solución rápida y sencilla para disimular un poco el radiador es poner encima una pequeña balda. Aunque no estará completamente oculto, la decoración desviará la atención del mismo. En lugar de una balda fina también se puede colocar una barra que sirva para comer o trabajar.
- Tápalo con un mueble: para no gastar dinero en disimular el radiador lo más sencillo es taparlo con algún mueble, por ejemplo, un sofá. No obstante, esto no es recomendable ni muy seguro si la calefacción está en marcha, ya que se perdería parte del calor. Tampoco es buena solución para espacios estrechos, ya que se pierden unos cuantos centímetros.
- Colócalo bajo un escritorio: la mesa permitirá que salga el calor por delante sin problemas. Además templará a la persona que esté sentada en ella.
- Deja que forme parte de la librería: en lugar de poner un cubrerradiador independiente se puede instalar una estantería alta para los libros en cuya parte inferior esté el radiador.
- Pinta el radiador del mismo color que la pared: de esta manera no destacará tanto y se integrará en la decoración. Esto es especialmente recomendable en el caso de pinturas de tono intenso.
- Escóndelo con un biombo, los hay de múltiples tamaños y estilos.
- Coloca un radiador-toallero en el baño: los radiadores son muy molestos en los baños, especialmente si son pequeños, ya que quitan mucho espacio. Una solución para disimular su presencia y además sacarle partido, es sustituirlos por un radiador-toallero. De esta manera estará tapado por las toallas y además ayudará a que se sequen.
- Destácalos en la decoración: en lugar de disimular los radiadores, se pueden utilizar en favor de la decoración. Píntalos de un color diferente al de la pared y conseguirás interesantes contrastes.
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