En una vivienda, sea comprada o alquilada, es importante sentirse a gusto. Al comprar una casa hay vía libre para decorarla y realizar todos los cambios que queremos. Sin embargo, cuando la vivienda es de alquiler los caseros suelen imponer una serie de restricciones que impiden al inquilino personalizarla a su gusto. Esto es aún más complicado si la casa ya está amueblada. No obstante, es posible realizar ciertos retoques para darle un aspecto más acogedor y personal. No te pierdas estos consejos para decorar a tu gusto una vivienda alquilada.
- Pinta las paredes: si tienes intención de vivir mucho tiempo en la vivienda alquilada, una forma fácil de darle un toque personal es pintar las paredes con un color que te guste. Eso sí, primero hay que pedir permiso al casero. Es cierto que en muchas ocasiones los arrendadores no dejan pintar las paredes, pero se puede llegar al acuerdo de que permita pintarlas si a cambio luego se vuelven a dejar en el mismo color que tenían al principio.
- Tapa lo que no te guste: si hay elementos de la vivienda que te desagradan, intenta taparlos. Por ejemplo, ponle una funda al sofá si está muy estropeado o tapa la encimera de la cocina con varias tablas de madera.
- Decora las paredes con vinilos: son muy fáciles de poner y quitar y están disponibles en una gran variedad de formas y colores. También puedes crear tus propios dibujos y figuras usando ‘washi tape’.
- Cambia el aspecto de los muebles: los vinilos adhesivos también sirven para darle un nuevo color y aspecto al mobiliario.
- Cuelga muchas fotografías y cuadros: no sólo personalizan la vivienda, sino que también pueden servir para tapar las paredes. Aunque haya que hacer agujeros, basta con volver a rellenarlos antes de dejar la vivienda. Otra opción es usar colgadores adhesivos o apoyar grandes cuadros en el suelo o las estanterías.
- Quita todo aquello que no te guste: si el piso está amueblado y hay algún mueble que no te haga falta, puedes desmontarlo y guardarlo. Antes de dejar la casa, vuelve a colocarlo donde estaba. Lo mismo se puede hacer con todos esos accesorios que venían con el piso y que no te convencen: lámparas, figuritas, cuadros…
- Coloca alfombras para cubrir el suelo si está estropeado.
- Compra muebles modulares: si necesitas añadir muebles a la casa, elígelos modulares, ya que así se podrán adaptar a otras viviendas en el futuro.
- Cambia las cortinas y elije una tela que te guste y que permita que entre la luz. Unas cortinas bonitas pueden transformar una estancia y, de paso, tapan los marcos de las ventanas si están muy estropeados.
- Elige un menaje atrevido para la cocina: tazas de colores que se vean a través de las vitrinas, bandejas estampadas…
- Cambia las bombillas halógenas por LED: aunque no son más decorativas, gastan menos. Así podrás ahorrar en la factura de la luz.
- Añade muebles portátiles al baño: es una estancia difícil de personalizar y que a menudo desagrada, sobre todo si los azulejos son antiguos. Para acomodarlo a tu gusto, compra algún mueble portátil (un carrito, una estantería…) y elige unas cortinas bonitas para la ducha.
- Cubre los azulejos y baldosas con revestimientos vinílicos: hoy en día es posible darle un nuevo aspecto a los suelos y paredes de la cocina y el baño con baldosas y suelos vinílicos. La ventaja de estos revestimientos es que no son definitivos, sino que se pueden quitar. No obstante, antes de colocarlos hay que pensarlo bien, ya que habrá que invertir tiempo y dinero tanto en ponerlos como en quitarlos.
- Sustituye los tiradores y pomos desgastados por unos nuevos. Lo mismo puedes hacer con los grifos y las lámparas. Son operaciones sencillas que le darán un aire nuevo a la casa, aunque antes de dejarla habrá que volver a colocar los antiguos.
- Añade plantas: le dan color, vitalidad y frescor a las habitaciones.
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