Para iluminar un dormitorio no basta con elegir una bonita lámpara que cuelgue del techo, sino que es importante valorar cuál es el uso que se le va a dar al espacio y en qué zonas puede hacer falta una luz puntual. Te damos algunas claves para que diseñes correctamente la iluminación de tu dormitorio.
La importancia de la luz natural
La iluminación perfecta de un dormitorio equilibra la luz natural y la artificial. La luz natural no supone ningún coste y por ello hay que aprovecharla al máximo. Para conseguirlo, pinta las paredes de un color claro (reflejarán la luz) y no pongas cortinas gruesas. Elige unos visillos o una tela ligera de color claro si quieres preservar la intimidad.
Si la habitación no tiene persianas y quieres tapar la luz para dormir, coloca una cortina gruesa para las noches y otra más ligera por delante para que entre la luz durante el día. Por último, dispón los muebles de forma que no tapen la luz que entra por la ventana. Así conseguirás que la habitación parezca más amplia y luminosa.
Tipos de iluminación
En el dormitorio se realizan actividades muy distintas y cada una de ellas requiere un tipo de iluminación específica. Por ello en esta habitación no pueden faltar tres clases de luz artificial:
- General: permite ver con claridad la totalidad de la habitación. Para este cometido se coloca habitualmente lámpara de techo.
- Ambiental: para crear atmósfera e invitar a la relajación. Esta luz es más suave y la pueden emitir por ejemplo, las lámparas de la mesita de noche.
- Puntual: lámparas que proporcionan un haz directo de luz para realizar alguna actividad concreta. Un ejemplo de luz puntual es el flexo del escritorio.
¿Qué luces hacen falta?
En función de las actividades que realices en la habitación, serán necesarias una o varias de estas luces:
- Una luz general de techo: imprescindible en cualquier dormitorio para moverse cómodamente por la habitación. Esta luz debe evitar que queden zonas de sombra pero resultar a la vez cálida y acogedora. Para conseguirlo, usa bombillas con una temperatura de color de entre 2700 K y 4500K. Se pueden colocar una o varias lámparas de techo o focos empotrados.
- Lamparillas de noche: colocadas habitualmente al lado de la cama, proporcionan una luz suave para preparar la cama, ver la televisión o levantarse en mitad de la noche. Su luz también debe ser cálida para incitar al descanso. Si no te caben en la mesita de noche, puedes colocar un aplique en la pared a cada lado de la cama.
- Un flexo: si en la habitación alguien trabaja o estudia, es necesario poner un flexo en el escritorio para que la vista no se canse. Hay que colocarlo en el lado contrario al que se escribe para no proyectar sombras.
- Lámparas o apliques de lectura: si te gusta leer en la cama o tienes un sillón de lectura en el dormitorio, no te olvides de colocar una luz puntual para ver bien el libro. Es recomendable que la luz venga de arriba (no del lateral) y que la lámpara tenga un cabezal flexible que permita dirigirla a las páginas. En este caso, lo mejor es que la bombilla sea de luz blanca (con una temperatura igual o mayor a 5.000 K). No es conveniente utilizar la luz de la lamparilla de noche para leer en la cama, ya que no proporciona suficiente claridad. Para la cama se pueden colocar unos apliques en la pared o unas lámparas con pinza que cuelguen del cabecero. Si tienes un sillón de lectura, una opción interesante es colocar una lámpara de pie con foco movible.
- Luces integradas en el armario: resultan muy útiles para identificar rápidamente lo que hay dentro del armario, especialmente si no queremos encender la luz general porque hay otra persona durmiendo.
- Otras luces puntuales: añade lámparas en aquellas zonas donde haga falta más luz. Por ejemplo, en un tocador o en una consola.
- Luz ‘quitamiedos’: si a los niños no les gusta dormir a oscuras, puedes colocar una pequeña luz ‘quitamiedos’ que permanezca encendida toda la noche.
Consejos finales
A la hora de iluminar la habitación, ten en cuenta estos consejos:
- Elige bombillas LED: son caras pero producen una luz nítida, ahorran mucha energía, no dan demasiado calor y duran 10 veces más que las bombillas tradicionales.
- No cuelgues las lámparas de techo demasiado bajas, ya que podrías chocar con ellas si la habitación está a oscuras.
- No dejes por medio los cables de las lámparas, ya que podrías tirar de ellos sin querer o tropezar.
- Elige pantallas que emitan una luz cálida para las lámparas ambientales.
- Recuerda que, para ocasiones especiales, las velas pueden ayudar a crear una bonita ambientación.