Las casas con un jardín amplio pueden tener una piscina para refrescarse en verano. Aquellos que tienen la suerte de contar con una también están obligados a mantenerla durante todo el año, lo que exige dedicarle algunas horas y desembolsar un poco de dinero. Con el verano llega el momento de poner a punto la piscina para que esté limpia y funcione correctamente.
Los pasos a seguir para preparar la piscina variarán en función de si durante el resto del año se ha realizado invernaje o no. El invernaje es un proceso de mantenimiento de la piscina durante los meses de frío que consiste en aplicar un producto invernador, revisar el filtro regularmente y colocar una cubierta para que el agua no se ensucie. El objetivo del invernaje es reducir los costes de mantenimiento, reaprovechar el agua y mantener en condiciones óptimas la piscina.
Si se ha realizado el invernaje, los pasos a seguir para poner a punto la piscina cuando llega el verano son:
- Quitar la cubierta de protección de la piscina y limpiarla a fondo. Para ello lo mejor es usar agua jabonosa y un cepillo de piscina. Después hay que dejarla secando. Aunque se puede guardar, es mejor seguir usándola durante el verano para que el agua no se ensucie.
- Limpiar el vaso de la piscina: si ha bajado el volumen del agua se puede limpiar la zona que ha quedado a la vista con un cepillo. Para ello existen limpiadores específicos de bordes que acaban con los depósitos de grasa y suciedad. Asimismo, hay que utilizar el limpiafondos para limpiar tanto las paredes como el suelo.
- Limpiar los elementos del vaso: cestos, canal rebosador, rejilla y ‘skimmers’. Se pueden haber llenado de hongos y algas que hay que retirar antes de desinfectar el agua.
- Revisar el sistema de filtración: hay que revisar si tiene cal y óxido acumulados, en cuyo caso habrá que eliminarlos. Si el sistema de filtración es de arena hay que expulsar los residuos atrapados en ella y, en caso de que esté muy apelmazada, sustituirla. Si la depuradora es de cartucho hay que lavarlo con agua a presión y sustituirlo si tiene más de dos años.
- Comprobar que funcionan bien los mecanismos electromecánicos: la bomba puede acumular aire y dejar de funcionar, por lo que hay que purgarla periódicamente. También se debe limpiar y comprobar que todas las juntas son estancas. En cuanto a los ‘skimmers’, tras limpiarlos hay que comprobar que el agua llega a la mitad o tres cuartas partes de su boca. Por último, si hay reguladores de pH o cloro hay que revisar su funcionamiento.
- Revisar que los dispositivos de iluminación subacuática funcionan correctamente. No sólo hay que mirar los proyectores sino también las cajas de conexiones.
- Retirar de la superficie del agua todos los elementos flotantes (insectos, hojas…). Se debe hacer después de limpiarlo todo por si se levanta suciedad.
- Rellenar la piscina.
- Sanear el agua: aunque se haya realizado invernaje, el agua no estará preparada para bañarse. Primero hay que echarle cloro, preferiblemente uno de acción rápida y con diferentes funciones (cloro, alguicida, floculante, antical, conservador de pH…) Para aplicarlo se deben seguir las instrucciones del fabricante sobre la dosificación. Tras unas horas hay que comprobar el nivel de cloro y añadir más cantidad si falta o dejarlo reposar durante más tiempo si hay exceso.
- Revisar el pH: debe estar siempre entre 7,2 y 7,6.
- Comprobar el estado de las escaleras y trampolines. Conviene revisar que están bien anclados y que el antideslizante de los peldaños está en condiciones. Si es así, sólo habrá que limpiarlos. Si no, habrá que atornillar o cambiar las piezas necesarias.
- Poner a punto los elementos exteriores: limpiar y revisar la ducha y el sumidero y limpiar el pavimento que rodea a la piscina, ya que se pueden acumular hongos y bacterias.
Si no se ha realizado invernaje, lo más probable es que no se pueda recuperar el agua de la piscina, por lo que habrá que vaciarla y limpiarla con productos desincrustantes. Aprovechando que está vacía conviene comprobar si hay fisuras en el material del vaso para realizar las reparaciones pertinentes. Después hay que limpiar los elementos de la depuradora y verificar que todos los sistemas de filtración y de circulación de agua funcionan correctamente. Cuando todo esté limpio y arreglado se puede proceder al llenado, siempre controlando los niveles de pH. Por último habrá que aplicar el cloro para mantenerla bien desinfectada.