Los textiles son un complemento imprescindible de cualquier hogar, pues completan la decoración y le dan calidez y comodidad a las estancias. Para que duren más tiempo y preserven su color y aspecto es imprescindible cuidarlos adecuadamente. Te damos algunos consejos para lavar los textiles del hogar.
Consejos básicos
En general, antes de lavar cualquier tejido lo más importante es mirar su etiqueta, ya que en ella vendrán las instrucciones de lavado (si se puede meter o no en la lavadora, a qué temperatura, etc.). No obstante, hay que tener en cuenta las siguientes recomendaciones básicas según el tejido:
- Algodón: para lavarlos lo mejor es recurrir a la lavadora. Los tejidos 100% algodón son resistentes a las altas temperaturas, por lo que no hay problema en poner la máquina a 60 grados.
- Lino: se debe lavar a mano a unos 40 grados.
- Seda: no se puede lavar a altas temperaturas ni centrifugar, por lo que es preferible lavarla a mano y con agua fría y un detergente suave.
- Terciopelo: se tiene que lavar a mano y con agua fría.
- Rayón: se puede meter en la lavadora, siempre en frío y evitando un centrifugado largo.
- Lana: tiene que lavarse en frío porque puede encoger. En caso de meterla en la lavadora, hay que seleccionar un programa corto y sin centrifugado.
- Telas bordadas: se tienen que lavar siempre separadas del resto. El agua debe ser fría y el detergente suave. Si se meten en la lavadora, hay que elegir un programa corto y para ropa delicada.
Ropa de cama
Cada elemento de la ropa de cama se tiene que lavar de una manera distinta:
- Sábanas: el programa y la temperatura de la lavadora dependerán del tipo de tejido. Si son de algodón es recomendable lavar a alta temperatura (60º) para eliminar los ácaros. Sin embargo, para la seda hay que escoger la función ‘ropa delicada’ y una temperatura máxima de 30 grados.
- Fundas nórdicas: al igual que las sábanas, se pueden meter en la lavadora pero es recomendable darles la vuelta para proteger los colores.
- Rellenos nórdicos: es recomendable apostar por la limpieza en seco.
- Edredones: si son de matrimonio y no caben en la lavadora, hay que llevarlos a la tintorería. Los pequeños se pueden lavar en casa con diferentes programas: 60º grados y ciclo corto si son sintéticos y con un programa de lana si son de plumas. Añade un par de pelotas de tenis al tambor para que no se apelmacen. En cualquier caso, si no tienen manchas puede bastar con airearlos.
- Mantas: si caben en la lavadora, se pueden meter sin problemas. Si no, habrá que llevarlas a la tintorería.
Manteles
Cuando aparece una mancha en el mantel lo mejor es echar sal fina encima para que no la absorba y después eliminarla a mano. Tras quitar las manchas hay que meterlo en la lavadora. Si el mantel es 100% algodón se puede lavar a 60 grados pero, si está mezclado con poliéster o fibras sintéticas, no se debe lavar a más de 30º. En el caso de los manteles con bordados o puntillas, es recomendable lavarlos a mano y con agua fría y un detergente para ropa delicada.
Para que los manteles blancos no pierdan luminosidad, se pueden sumergir una hora en una solución de agua templada y bicarbonato sódico (tres cucharadas por litro de agua). Después habrá que meterlos en la lavadora. Este truco también sirve para quitarle el color amarillo que suele aparecer cuando están mucho tiempo guardados.
Cortinas
Las cortinas van acumulando polvo y por ello es importante sacudirlas todas las semanas. Además, cada cierto tiempo habrá que lavarlas. Normalmente se pueden meter en la lavadora tanto las cortinas como los estores, aunque se debe elegir un ciclo corto, agua fría y un detergente para prendas delicadas. Un truco para no tener que plancharlas es poner un centrifugado suave y colgarlas en su sitio para que se sequen al aire. Si son de un tejido que se arruga mucho (p.ej. el lino) se pueden planchar colgadas colocando la plancha en vertical con mucho vapor.
Toallas
Hay que lavarlas antes de usarlas por primera vez para que sean más absorbentes y suaves. En cada lavado es recomendable sustituir el suavizante por un chorro de vinagre blanco, ya que el suavizante suele dañar la absorbencia de las fibras mientras que el vinagre consigue que estén más suaves. Además, hay que intentar lavarlas por separado y después meterlas en la secadora para que queden más esponjosas.
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