Tener las paredes blancas y vacías en la vivienda resulta demasiado impersonal, especialmente si no están tapadas con muebles. Normalmente para decorar las paredes se recurre a cuadros y fotografías enmarcadas, lo que obliga a realizar agujeros. No obstante, existen varias formas de personalizar las paredes si no quieres recurrir al taladro o no puedes hacerlo porque el piso es de alquiler.
- Usar adhesivo para paredes: para pegar cuadros a la pared existen adhesivos especiales en formato de cinta de doble cara. Es importante que, antes de comprarlo, se compruebe para qué superficies es apto y cuánto peso soporta. Al colocarlo hay que asegurarse de que la pared está limpia y de que la superficie sea uniforme. Para los baños y cocinas existen cintas de doble cara antihumedad.
- Utilizar pasta adhesiva: si la pared es de gotelé no sirve la cinta de doble cara, pero se puede recurrir a una pasta adhesiva tipo masilla. Este producto es resistente y se despega de forma limpia y sencilla.
- Recurrir a los ganchos: para colgar cuadros también se pueden usar ganchos de pared adhesivos.
- Enmarcar las fotografías y láminas con ‘washi tape’: es una cinta adhesiva que, en lugar de ser transparente, está estampada con diversos dibujos y patrones de colores. Esta cinta se puede utilizar para pegar en la pared fotografías o láminas que no pesen mucho. Para que quede más bonita, en lugar de poner un pequeño trozo de cinta en cada esquina se puede colocar en forma de marco alrededor de la lámina.
- Colgar una rejilla metálica: para colocarla sólo hay que hacer cuatro agujeros en la pared en lugar de todos los que harían falta para colgar la gran cantidad de fotografías que caben en ella. La ventaja de la rejilla metálica es que permite cambiar su decoración tantas veces como se quiera. Las hay de diversos colores: negro, dorado, blanco…
- Colgar un panel perforado (‘pegboard’): generalmente se utilizan para organizar los materiales de trabajo en el estudio o garaje, pero también pueden servir para poner fotografías sin necesidad de hacer agujeros. Igual que en el caso de la rejilla metálica, solo hay que hacer unos pocos agujeros para colocarlo en la pared.
- Pintar un mural: si la pared es blanca se puede recurrir a la pintura para dibujar algo bonito. En este caso es recomendable contratar a un profesional o, al menos, utilizar una plantilla.
- Colocar los cuadros en unas baldas: los pequeños cuadros o fotografías se pueden poner sobre unas baldas estrechas. Aunque para poner las baldas hay que hacer agujeros, sólo serán necesarios dos y no uno por cada cuadro que se quiera colgar.
- Poner las fotografías y láminas sobre los muebles: la repisa de la chimenea, la balda de una estantería o la superficie de una cómoda son lugares ideales para apoyar las fotografías y los cuadros. Si los muebles son altos los cuadros tendrán que ser pequeños, mientras que si los muebles son bajos, los cuadros deberán ser más grandes.
- Colgar un cordel: otra opción para colocar pequeñas fotografías es anudar los extremos de un cordel en dos armarios altos, de manera que quede colgando a la altura de los ojos. Después sólo hay que usar pequeñas pinzas de colores para sujetar las fotografías. Su inconveniente es que sólo se pueden colgar cosas de poco peso en él.
- Colocar los cuadros sobre el suelo: una solución muy sencilla para poner cuadros es apoyarlos directamente sobre el suelo. Es importante que los cuadros sean grandes para que destaquen entre los muebles.
- Poner vinilos decorativos: son fáciles de colocar sobre superficies lisas, ya que sólo hay que quitar el papel protector y pegarlos como si fueran una pegatina. Eso sí, hay que tener cuidado de que no queden arrugas y burbujas. Existen vinilos de múltiples formas y tamaños que se adaptan a los huecos que haya en la pared.
Deja un comentario