Colores vivos, llenos de fuerza y dinamismo, figuras geométricas, y un sinfín de complementos son la esencia del estilo Pop.
Es un estilo decorativo de un corte retro y juvenil, inspirado en los años 60, que no pasa de moda, y es que desde que surgiera, en mayor o menor medida, ha estado presente en las tendencias decorativas, rompiendo con las reglas más clásicas y conservadoras del arte y del diseño de interiores.
El Pop Art se nutre de la publicidad, el cómic y marcas y figuras de culto, que llenas de vivos colores, forman piezas icónicas, presentes en la historia del arte contemporáneo. Andy Warhol y Roy Lichtenstein son nombres clave en la corriente Pop.
Una vez mas, llega una explosión de color a nuestras casas, y es que es la pieza fundamental de la decoración Pop Art. El color no destaca especialmente en las paredes y suelos, así que podemos optar por utilizar paredes blancas, de tonos beige o de colores claros, incluyendo algún detalle colorido, o una pared de un color diferente y dejar que sean los complementos y el mobiliario los verdaderos protagonistas.
Uno de los materiales fundamentales de la decoración Pop Art es el plástico y los elementos sintéticos, que pueden estar presentes en el mobiliario, algún detalle en las paredes o incluso en el suelo, aportando a esos colores un acabado brillante.
Es una decoración que se puede combinar muy fácilmente con otros estilos, y es que podemos incluir unas pinceladas Pop en cualquier otra tendencia decorativa, sin tener que cambiar el estilo de nuestra estancia.
Aunque si hay algo por lo que se caracterice en Pop Art es por ser un estilo muy libre, y es que ofrece tantas posibilidades decorativas como se nos ocurran. Contrario al estilo decorativo minimalista, donde todo está estudiado minuciosamente, sujeto a las leyes del estilo.
Deja relucir tu personalidad más creativa y da rienda suelta a tus ideas, combinando colores, materiales y complementos.
Imágenes (Vía Pinterest)