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Hacia el autoconsumo energético en el hogar: energía solar

Mirar la factura de la luz mes a mes puede suponer un problema para muchas personas. El incremento de los precios a los que se vende la electricidad en los hogares ha hecho que algunas facturas puedan llegar a ser desorbitadas. Por fortuna, este 2019 ha llegado con una buena noticia para los usuarios: ya es posible el autoconsumo eléctrico en el hogar sin que esa circunstancia suponga el precio de un peaje como sucedía hasta el momento.

El Ministerio de Transición Ecológica que dirige Teresa Ribera, ha puesto en marcha así un paquete de medidas que benefician a los consumidores que generan su propia electricidad a través de diferentes fuentes. Con la ley en la mano, ya no solo será posible el autoconsumo eléctrico individual, sino que el autoconsumo colectivo ya se puede llevar a cabo de modo que un bloque de vecinos se aproveche de una misma planta de generación de energía.

Con dichas credenciales, el futuro energético de los hogares mejora sustancialmente. Pudiendo hacer uso de fuentes de generación de energía que hasta ahora parecían inaccesibles, los usuarios tendrán en su mano poder rebajar el precio de la factura de la luz. Algo que puede suceder sobre todo en países como España gracias al impulso de energías renovables como la solar.

La luz del Sol aporta beneficios en muchos aspectos y en el hogar no es menos beneficiosa. No obstante, la energía fotovoltaica puede ser una fuente de abastecimiento de electricidad de lo más útil en el caso de que las personas se decanten por ella. Y hay razones de sobra que explican dicha circunstancia.

Para empezar, la energía solar es más barata que la energía eléctrica que se obtiene de una red tradicional. Básicamente lo es porque al utilizar nuestra propia fuente de energía para abastecernos, dejamos de tener que pagar a aquellas empresas que nos proveen de electricidad. Un ejemplo práctico para entenderlo es que, si miramos nuestra factura de luz convencional, veremos que tenemos que pagar tanto la energía contratada, como algunos extras que la compañía eléctrica decide. Esto no sucede así con la luz solar de un autoconsumo.

Cuando colocamos un panel fotovoltaico en una vivienda, lo que estamos haciendo es crear una fuente de energía propia que no requiere de ningún ente externo que nos la gestione. Es decir, el único gasto que hay que asumir con este tipo de energía es el de la propia compra del equipo que nos capta la luz solar y la convierte en electricidad, así como el de la instalación y el mantenimiento de este. Nada más.

Hasta la puesta en marcha de la nueva ley de autoconsumo, los usuarios debían darse de alta como productores de energía y tributar por ello. Con los nuevos cambios que introduce la regulación puesta en marcha por el Ministerio de Transición Ecológica, esta circunstancia se simplifica. Si bien hace falta darse de alta en la producción de energía, no hay que tributar por ello. El Gobierno contempla la bonificación de hasta el 100% de la energía que consume el usuario. De modo que el consumidor no puede obtener beneficio lucrativo del autoconsumo de energía solar.

Si lo que preocupa es el dinero que se invierte en la instalación de un equipo de estas características, en este sentido también hay buenas noticias. Según algunos indicadores económicos, el montante de la inversión se ve compensado a los cuatro años del uso de esta energía solar que autogeneramos. Porque en ese periodo de tiempo habremos ahorrado tanto dinero con respecto a la energía de la red convencional, que la instalación no solo habrá quedado amortizada, sino que empezará a ser beneficiosa para nuestro bolsillo al no tener que hacer frente a los elevados costes de la factura de la energía que todos conocemos.

Otro buen motivo para instalarse una fuente de energía fotovoltaica es el del respeto al medio ambiente y al planeta. Dicho de otro modo: es una energía muy limpia que lo es más por el hecho de no requerir de la producción de otras entidades que pueden contaminar en sus procesos productivos de energía. Por enrevesado que parezca, la explicación es bien sencilla.

La energía solar que autoconsume un hogar es una energía que no produce efectos adversos en su entorno cercano. El único, pero puede ser lo meramente visual con la instalación de uno de estos equipos que pueden afectar estéticamente a un edificio. Pero incluso en esos casos, los diseños de las placas solares no hacen más que mejorarse y con el tiempo serán más eficientes estética y usualmente.

En resumen, con la nueva ley bajo el brazo, tanto las viviendas individuales como los bloques de vecinos, tienen en ella una aliada para ahorrar en muchos sentidos. Primero para ahorrar en la factura de energía que se debe pagar mensualmente (o cada dos meses según el tipo de facturación). Segundo porque no hay coste de mantenimiento más que el propio de reparar algún desperfecto que surja con el tiempo. Y tercero y quizá el más importante, porque es una energía que se alía directamente con el medio ambiente respetándolo evitando contaminar con fuentes de producción externa. El Sol siempre ha sido un aliado del ser humano.